Entiéndeme. Yo soy el miedo en lo que vale. El quise porque yo pensé que tú querías y qué va, no me has dejado un cráter del tamaño de Nueva Zelanda en la memoria. La adolescencia deja de hacer gracia cuando tienes más de treinta años y más cicatrices que nostalgias. «Tú» es una palabra que sólo tiene sentido por escrito, en la vida real te esfumaste, ni siquiera te tomaste la molestia de inventarte unas palabras últimas a las …
Suspender nuestra historia – @martasebastian
Lo sabemos. Nos lo han repetido una y mil veces. El pueblo que olvida su historia está condenado a repetirla. Hemos crecido con esa frase. Intentando que nos demos cuenta de la importancia de aprender del pasado, para seguir creciendo, para seguir evolucionando… Pero nos creemos que solo se referían a los grandes eventos, a las guerras, a las revoluciones, a los grandes desastres… aunque, viendo el camino que va tomando las políticas de los grandes países, ya no tengo tan claro que realmente …
La librería del mar – @LaBernhardt
Viña del Mar tiene nombre de festival casposo y huele a ciudad de plástico, a autobuses llenos de turistas, a menú pactado y a Pisco Sour instantaneo. Galo no lo sabía cuando, una tarde de marzo, la línea Santiago de Chile- Viña del Mar lo dejó en la estación de buses. No tenía nada, y nada ya es tener demasiado, recordó que decía su padre. Bueno, tenía una maleta con una muda y un cepillo de dientes. Cuando bajó del …
No cambies nunca – @Macon_inMotion
Luces rojas, azules, verdes y rosas se intercalan aleatoriamente mientras las chicas se mueven, desnudas, encima de la pasarela. Al menos cuarenta personas las jalean. Huele a alcohol. Huele a fracaso. Huele a oportunidades que nunca llegaron y a trenes que se fueron, pasando desapercibidos. Entre las camareras en la barra, se mueve con movimientos toscos un hombre de metro noventa al que todos llaman Coronel, a pesar de no haber estado nunca en el ejército. Lleva su aspecto habitual: …
Oportunidades – @Gatoriginal
Dio el último sorbo al vaso de whisky y pensó que esa noche no terminaría como solía ser habitual. Sentado en el borde de la cama, con la cabeza entre las manos, pensando si su cadáver quedaría más bonito con un disparo o con dos. A un lado, un cuerpo en el más profundo de los sueños. Al otro, un antiguo revólver y dos balas. Decidió meter una. Sólo con esa bastaría. «Si la vida me quiere aquí, que lo …