Viste mis fisuras, las llevo al aire, jardines completos llenos de dudas. Sembrar miedo donde debió haber esperanza. Un hilo que se rompe en vez de suturar, la piel desgarrada, desangrada, un esparadrapo que arranca el pellejo, por el que se filtra cada uno de mis miedos. Betadine que era alcohol de quemar. De quemarlo todo, me hacías arder, de mil maneras, en la cama, en mis sueños. Ardí en mis pesadillas. Las que más. Monstruos durmiendo bajo el colchón, …