En la luz suicida de una definición, sin paréntesis, enterradas. Almas sin Cristo, ni ángel guardián, esclavas de un ciclo lunar, descendientes directas de la rebelión y concubinas a la fuerza de la sumisión y el delirio. Todo el mundo sabe, pero en el pestañeo del viento, susurran las voces de la verdad y dicen que no saben nada. Crisol, fruto y vientre. La unión y la bravura, la guerra continua, la furia en los puños y las lágrimas como …
Almas de 21 kilos – @kike_vasallo
Hoy he soñado, mientras caminaba de vuelta a casa, que me llamaban para decirme que habías muerto. Hoy he sentido como, en la realidad, el corazón se me encogía, marchito, y vomitaba bilis obscura entre dos coches mientras la cabeza me retumbaba por las bombas llenas de metralla de recuerdos. Hoy he sentido como mi alma dejaba de pesar 21 gramos y salían 10.5 por mi boca, junto con la bilis, al encuentro de tus 21 kilogramos. Hoy he vuelto …
Al diablo – @Contradiction_
Estos malditos mortales son unos desagradecidos. – Lucifer llevaba todo el día dando vueltas y refunfuñando, la última alma adquirida ni siquiera había parado de llorar, le culpaba por estar atrapada allí. Ni siquiera me escuchan Adeus, no hacen más que quejarse. Son muy molestos. – ¿Cuántas almas llevas ya? – le preguntó Adeus con voz serena. – No las suficientes. – contestó Lucifer. – ¿Qué es lo que esperas conseguir? Son almas dañadas. – se atrevió a preguntar Adeus. …
Mi forma de ver el mundo – @reinaamora
Todos deseamos ser felices, pero no todos estamos dispuestos a pagar el precio por encontrar la felicidad. Como buscadora de almas que soy, me fascina todo lo que las personas tienen para ofrecerme. Susana, Arantxa, Esther, Paula,… son mujeres que admiro profundamente a través de ellas mismas. Con sus Almas crean notas musicales y con su vida, componen su propia sinfonía. «Hay dos tipos de personas, los que esperan la felicidad, y los que salen a buscarla decididas, día tras día». Susana …
La huida – @relojbarro
Han pasado veinte años, prácticamente media parte de mi vida, desde que entre muchas almas más o menos atractivas, más o menos interesantes e intensas, me fijé en una que destacaba especialmente del resto de una forma que, más que verla, la sentía. Un tímido acercamiento no pareció impactarle lo más mínimo; las circunstancias, la juventud e impaciencia y, porqué no reconocerlo, el orgullo, me hizo creer que me equivoqué con ella y sí, me equivoqué y mucho, pero al alejarme. Tiempo después varias circunstancias …