«Y la vida siguió como siguen las cosas que no tienen mucho sentido.» J. Sabina
GRIS METÁLICO
La vida sigue, aún sin ti, como un proyectil disparado hacia su objetivo siguiendo su trayectoria, sin posibilidad de frenar el avance, como un suspiro exhalado al viento incapaz ya de ser retenido por más tiempo.
Manos vacías de sueños de un gris brillante.
AÑIL
En este eterno echar de menos tu compañía, hermana mía, hace pulular a la tristeza campando a sus anchas, presa en la forma de fruncir el ceño al recordarte, prendida en los recuerdos que me invaden sin avisar, dueña y señora de todas y cada una de mis sonrisas.
Tristeza teñida de añil en estos labios huérfanos de ti.
NEGRO
Ya empiezo a manejar entre estos saltos de realidad y recuerdos. Equilibrista enredada en una madeja de mil cuerdas flojas que auguran de nuevo el vacío al caer la noche, cuando esté sola conmigo misma, en la oscuridad intentando dormir, justo en ese momento de quietud en el que la respiración empieza a relajarse y de nuevo ¡BUM! El vacío. Ese oscuro agujero que dejaste en mí.
Negrura que devora mi insomnio.
VIOLETA
BLANCO
Cuelgo el teléfono con una blanca calma, blanco sentir. Hermana, sigues aquí.
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