enrolamiento
En nuestro barco nunca hacemos demasiadas preguntas, ¿subes?
Eras mi maldita manera de salvarme.
La enfermedad que tenía… Y la cura.
El veneno y el antídoto en la misma mezcla.
Eras mi bandera, mi norte.
El comienzo y el fin de todos los principios.
Eras lo que me anclaba a tierra…
pero de tu mano me hubiera subido a cualquier tejado.
Sólo para ver lo que el resto no veía,
porque yo sabía que eras la manera de alcanzar lo imposible.
Eras la razón, de todas mis sinrazones. El final del plan, la última bala.
Y el precipicio más bonito al que me había asomado nunca.
Pero a veces TODO no es suficiente.
A veces, Madrid te dolía y Septiembre te mataba.
Y entonces me profanabas y me perdías,
me ganabas y volvías.
Para luego olvidarme…
para… Leer más
Eras mi maldita manera de salvarme.
La enfermedad que tenía… Y la cura.
El veneno y el antídoto en la misma mezcla.
Eras mi bandera, mi norte.
El comienzo y el fin de todos los principios.
Eras lo que me anclaba a tierra…
pero de tu mano me hubiera subido a cualquier tejado.
Sólo para ver lo que el resto no veía,
porque yo sabía que eras la manera de alcanzar lo imposible.
Eras la razón, de todas mis sinrazones. El final del plan, la última bala.
Y el precipicio más bonito al que me había asomado nunca.
Pero a veces TODO no es suficiente.
A veces, Madrid te dolía y Septiembre te mataba.
Y entonces me profanabas y me perdías,
me ganabas y volvías.
Para luego olvidarme…
para luego pedirme que te olvidara.
Te marchabas para que todos mis insomnios llevaran tu nombre.
Pero siempre aparecías tras la última curva.
Me empezabas para no acabarme,
te rendías como un verso que no acaba en ningún sitio,
…
Y yo creía que aún marchándome,
También permanecería contigo
porque siempre me quedaba a trozos.
Porque había llenado tu camino de migas
para que pudieras siempre regresar a mí.
Corro. Grito. Huyo por los pasillos de este laberinto en el que estoy perdido. Busco sin encontrar el pasillo correcto, pero no hago más que girar en el equivocado y seguir por él hasta toparme de bruces con alguna pared. Entonces paro, giro y sigo corriendo sin fijarme por donde voy. Me paso la intersección que había tomado. Debería de parar, pensar y reflexionar sobre elegir otro camino, en cambio sigo corriendo. No paro, no pienso, ni reflexiono. Me mueve el instinto, me muevo por impulsos que no me dejan ver. Corro mientras mi voz, que es un grito, se queda tras de mí como si fuera la estela que deja un barco en las azules aguas el océano.
Corro y Corro y no me detengo. Cuándo pararé? Cuándo llegaré al camino correcto? Cuándo saldré de este laberinto del cual yo soy el mismo arquitecto. Pues yo he creado los pasillos y he levantado los muros tras los que me encuentro encerrado. Muros levantados con mis manos, con mis pensamientos,… Leer más
Corro. Grito. Huyo por los pasillos de este laberinto en el que estoy perdido. Busco sin encontrar el pasillo correcto, pero no hago más que girar en el equivocado y seguir por él hasta toparme de bruces con alguna pared. Entonces paro, giro y sigo corriendo sin fijarme por donde voy. Me paso la intersección que había tomado. Debería de parar, pensar y reflexionar sobre elegir otro camino, en cambio sigo corriendo. No paro, no pienso, ni reflexiono. Me mueve el instinto, me muevo por impulsos que no me dejan ver. Corro mientras mi voz, que es un grito, se queda tras de mí como si fuera la estela que deja un barco en las azules aguas el océano.
Corro y Corro y no me detengo. Cuándo pararé? Cuándo llegaré al camino correcto? Cuándo saldré de este laberinto del cual yo soy el mismo arquitecto. Pues yo he creado los pasillos y he levantado los muros tras los que me encuentro encerrado. Muros levantados con mis manos, con mis pensamientos, con mis actos. Muros contra los que me estrello cada momento.
Grito y mi voz queda engullida por el voraz silencio que domina el laberinto.
Grito hasta que me duele la garganta.
Grito hasta que el alma se escapa por mi garganta y me quedo vacío de todo. Una carcasa vacía, viva pero sin vivir. Un algo que permanece pero no está, pues no hay nada.
Una Mañana
Hoy me levanté contigo en la garganta.
Un leve sabor a humo de días fríos,
con rasguños frescos en los ojos.
En ellos aún escuece tu sonrisa
ramera y niña.
Transito hasta el café sorteando los despojos
de los mártires que cayeron de mi cuerpo.
Tus muertos se fueron,
rompiendo el equilibrio de una masacre justa.
Mi cuerpo tirita los recuerdos,
mi sexo saliva,
mi nariz arde de invierno,
hoy seré otro día.
Idiota monumental
No quiero saber del amor,
de ese trago amargo y nauseabundo
que a lo que sabe es a cerveza artesanal
y que del esófago no pasa.
De ese sabor que se te queda ardiente en la lengua,
te adormece los labios
y saca tu lado idiota.
Digo,
eso porque siempre que del amor se trata,
cerveza es lo que ayuda
cuando todo se va a la mierda…
O cualquier licor,
que te lleva justo a esa escena indeseable y asqueante
que hace desprender tu cuerpo de toda su bilis…
y que ganas de vomitar sentimientos que joden
así como expulsas toxinas por tu boca.
Que ganas de querer curar la herida,
el ego o el desamor,
así como se recupera de una reseca,
a tan solo un día.
O allá cada quien con su… Leer más
Idiota monumental
No quiero saber del amor,
de ese trago amargo y nauseabundo
que a lo que sabe es a cerveza artesanal
y que del esófago no pasa.
De ese sabor que se te queda ardiente en la lengua,
te adormece los labios
y saca tu lado idiota.
Digo,
eso porque siempre que del amor se trata,
cerveza es lo que ayuda
cuando todo se va a la mierda…
O cualquier licor,
que te lleva justo a esa escena indeseable y asqueante
que hace desprender tu cuerpo de toda su bilis…
y que ganas de vomitar sentimientos que joden
así como expulsas toxinas por tu boca.
Que ganas de querer curar la herida,
el ego o el desamor,
así como se recupera de una reseca,
a tan solo un día.
O allá cada quien con su plan de escape
y sus creativas medidas…
No quiero saber del amor,
no quiero tener que recuperarme de algo que no hace más que joder,
a menos de que se muestre ese lado del cual todos hablan maravillas…
Ese lado que es todo lo contrario a lo tóxico,
ese lado que se define por su magia
pero que igual te hace idiota…
Pero un idiota monumentalmente feliz.
Solo ahí querré saber del tema.
Mi único error creer en ti, confiar que lo que decías era sincero.
Eso hizo que mi corazón aguantara estoicamente, créeme más de lo que cualquiera podría aguantar, acometida tras acometida.
Vivía enamorada de una ilusión, la que creaste cada día con tus falsas promesas y palabras bonitas, enamorada de una persona que creía que era la indicada, de una quimera que creaste a golpe de falacias.
Luché durante casi dos años con una voluntad irrompible, créeme que con cada embestida rompías mis ganas, mis fuerzas, mis ilusiones, me quebrabas, pero de manera increíble sacaba fuerzas de donde no había y me rearmaba, volvía a luchar por eso por lo que creía merecía la pena.
¿Cómo podía acabar bien algo que tú empezaste a construir a base de mentiras e identidades falsas?
Como podía creer que yo… Leer más
Mi único error creer en ti, confiar que lo que decías era sincero.
Eso hizo que mi corazón aguantara estoicamente, créeme más de lo que cualquiera podría aguantar, acometida tras acometida.
Vivía enamorada de una ilusión, la que creaste cada día con tus falsas promesas y palabras bonitas, enamorada de una persona que creía que era la indicada, de una quimera que creaste a golpe de falacias.
Luché durante casi dos años con una voluntad irrompible, créeme que con cada embestida rompías mis ganas, mis fuerzas, mis ilusiones, me quebrabas, pero de manera increíble sacaba fuerzas de donde no había y me rearmaba, volvía a luchar por eso por lo que creía merecía la pena.
¿Cómo podía acabar bien algo que tú empezaste a construir a base de mentiras e identidades falsas?
Como podía creer que yo sería la última si eres de esas personas que van de liana en liana, eso si, de las que no sueltan si no tienen agarrada la siguiente, te diré que es bueno soltarse de vez en cuando y caminar sola para saber lo que realmente queremos.
Hoy sé que el problema no era yo, el problema fue querer a alguien que no sabe querer a nadie más que a sí mismo.
Ahora me queda un largo trabajo, pegar los trocitos de tu destrozo, algo que sé me costará pero también me fortalecerá, porque yo sí te amaba, era sincera y hubiera dado todo por ti.
Quedará algún pedazo suelto sin poder unir, será la cicatriz que me recuerde que tenga cuidado, que existe gente que miente sin importar las ruinas que dejan a su paso.
Mi único error creer en ti, confiar que lo que decías era sincero, sí, ese fue, pero seguiré cometiendo ese error con l@s próxim@s que vengan, porque la confianza, la lealtad y la verdad forman parte de mi esencia.
Perseida
Fugaz, como aquella lluvia. Como una flecha en llamas que me desgarra, silbando. Como un recuerdo efímero e ineludible. No hay escapatoria, lo han decidido mis demonios por unanimidad. Es la primera vez que estoy de acuerdo con ellos y eso no me lleva a la autodestrucción, la primera que me aferro y no percibo la fugacidad como algo malo. Lo estacionario se está volviendo parte de mí, está ocupando el trono que se merece.
Pero la estela abrasa y abraza a partes iguales. Me persigue.
Aún recuerdo cómo la noche me acompañó hasta casa con su viento frío, sus botellas de plástico siendo arrastradas por él, sus gatos callejeros y sus callejuelas desérticas. Recuerdo el crujir de las escaleras a medida que me alejaba de ti, Perseida. Y, sobre todo, recuerdo cómo las puertas se abrían detrás de mí, chirriando, a medida que las cerraba. Se abrían como diciendo «No es tan fugaz como parece.… Leer más
Perseida
Fugaz, como aquella lluvia. Como una flecha en llamas que me desgarra, silbando. Como un recuerdo efímero e ineludible. No hay escapatoria, lo han decidido mis demonios por unanimidad. Es la primera vez que estoy de acuerdo con ellos y eso no me lleva a la autodestrucción, la primera que me aferro y no percibo la fugacidad como algo malo. Lo estacionario se está volviendo parte de mí, está ocupando el trono que se merece.
Pero la estela abrasa y abraza a partes iguales. Me persigue.
Aún recuerdo cómo la noche me acompañó hasta casa con su viento frío, sus botellas de plástico siendo arrastradas por él, sus gatos callejeros y sus callejuelas desérticas. Recuerdo el crujir de las escaleras a medida que me alejaba de ti, Perseida. Y, sobre todo, recuerdo cómo las puertas se abrían detrás de mí, chirriando, a medida que las cerraba. Se abrían como diciendo «No es tan fugaz como parece. Volverá», como conectándonos a un mismo destino repleto de cuerdas.
A las estrellas como tú no es fácil olvidarlas. Y no hablo de un nombre o una cara, sino de una esencia. De ahora en adelante quizá solo pueda chocarte la mano en el recuerdo, o quizá volvamos a vernos bajo un cielo negro.
A las estrellas como tú no es fácil olvidarlas, pero puede que la vida solo sea eso: una lluvia de Perseidas.
Quise llevarte a la trastienda de mi vida, pero no pude hacerlo. De veras que lo intenté, pero cuando no te traían de vuelta mis pensamientos, lo hacía mi corazón y cuando no, mi subconsciente.
De veras que quise relegarte al baúl de los recuerdos pero, ¿cómo se hace para dejarte allí? Lo intenté, pero la idea de que podías llenarte de polvo me horrorizaba y decidí sacarte otra vez y colocarte en mi estantería junto con mis libros favoritos. Y ahí estabas, entre los 20 poemas de amor y una canción desesperada de Neruda y Mujeres de Bukowski.
Un día se me ocurrió entregarte a una tienda de segunda mano, pero esa noche mi subconsciente_ el muy canalla_ decidió traicionarme y me hizo ver que quien te encontrase te llenaría de marcas y páginas dobladas, así que decidí dejarte en la estantería, junto a los demás.
Decidía darte una nueva… Leer más
Quise llevarte a la trastienda de mi vida, pero no pude hacerlo. De veras que lo intenté, pero cuando no te traían de vuelta mis pensamientos, lo hacía mi corazón y cuando no, mi subconsciente.
De veras que quise relegarte al baúl de los recuerdos pero, ¿cómo se hace para dejarte allí? Lo intenté, pero la idea de que podías llenarte de polvo me horrorizaba y decidí sacarte otra vez y colocarte en mi estantería junto con mis libros favoritos. Y ahí estabas, entre los 20 poemas de amor y una canción desesperada de Neruda y Mujeres de Bukowski.
Un día se me ocurrió entregarte a una tienda de segunda mano, pero esa noche mi subconsciente_ el muy canalla_ decidió traicionarme y me hizo ver que quien te encontrase te llenaría de marcas y páginas dobladas, así que decidí dejarte en la estantería, junto a los demás.
Decidía darte una nueva oportunidad cada semana; intenté leerte en varias ocasiones. Pero como libro eras bastante complejo y quizás yo no tenía la suficiente madurez para leerlo a pesar de la curiosidad y las ganas de aprender. Aprenderte, más bien.
Juro que tenías todas las papeletas para ser mi libro favorito: por fuera eras de una tapa dura y negra; el título estaba impreso en letras doradas preciosas. Eras estéticamente perfecto; incluso el “Prólogo” merecía ser releído varias veces de lo portentoso que era. Pero una vez que decidía leer más, me resultabas imposible: en las páginas pares no me gustabas, hacías todo lo posible para que no lo entendiese; usabas palabras raras y argumentos enrevesados. En cambio en las impares, eras todo cuanto quería. Me lo ponías fácil.
Y cuando por fin conseguía comprenderte, tenía que cambiar de página y, nuevamente, te volvías complejo. Pero yo lo intentaba.
Hubo algún capítulo que leí de una sentada, cuando de repente decidías inventar un nuevo lenguaje y te excedías de peculiar. Y nuevamente me rendía y te devolvía a la estantería. Durante noches intenté leerte, pero por mucho que me esforzase no conseguía avanzar; no te entendía y siendo francos, tú tampoco ponías de tu parte.
Decidí indagar, para poder leerte, pero nadie había conseguido pasar del “Prólogo”; y me enteré que después de un tiempo, todos los que te habían encontrado te habían vendido a una tienda de segunda mano de un barrio perdido. Decían que no merecía la pena perder el tiempo en leer un libro así; que no me molestase en intentarlo, pero ellos ni siquiera tenían la misma edición que yo; tenían la de bolsillo, la barata, así que decidían que no les compensabas. Algunos hasta te tiraron a la basura. Pero yo no, yo seguía admirándote en mi estantería, aunque no te comprendiese.
Los demás libros sentían celos de ti, porque no les prestaba atención y me resultaban fáciles de leer; todos querían parecerse a ti, pero la cuestión es que ninguno de ellos se te asemejaba. Tú eras tan fascinante, que me maravillabas y me generabas curiosidad. No sé porqué motivo, pero tenías algo que los demás no: ¿MAGIA?
El caso es que todavía intento leerte aunque tú no me dejes. Yo no voy a relegarte, a pesar de mis intentos fallidos de hacerlo, a la trastienda de mi vida, y mucho menos a permutarte en una tienda de segunda mano. Tengo claro que eres un ejemplar que es digno de estar en mi estantería. Aunque de momento tendré que conformarme con leer el “Prólogo” todas las veces que pueda.
Así que ahí estás, ahí sigues, entre los 20 poemas de amor y una canción desesperada de Neruda y Mujeres de Bukowski.
Su espalda fue mi lugar favorito para vivir.
Allí vertí mis lágrimas sin que alguien voltee a juzgarme.
Mordí, lamí y latí cada espasmo suyo,
cada idea sugerida,
soñé lo que quise hasta sentirme despierto.
Mis dedos recorrían sus poros hasta secar su sudor. Su espalda más que mía era suya,
yo sólo vivía allí.
Sólo instantes.
Alguien da de comer al gato. Se aposta en la ventana de la cocina en cuanto abro. Tiene unos ocho meses y cicatrices. Alguien lo echó de su casa, alguien tuvo el coraje mezquino de hacerlo. No se aleja nunca veinte metros de aquí; claro, los gatos viejos le han dejado esas heridas y han grabado el miedo. Maúlla lastimeramente, se frota contra la ventana y me mira con ojos felinos, como charcos de mar, preciosos.
Llevo la ropa sucia a la lavadora del patio. Me sigue escaleras abajo, enroscándose en mis piernas, casi haciendo que me caiga. El jardín del patio luce lleno de hojas que cubren la zona de hierba. La hortensia pequeña tiene las hojas de un increíble color dorado. Todo está empapado de niebla, ya con resplandores del Sol nuevo, que se cuela entre los jirones de nube. Entro en la caseta, con el gato delante. Pongo la lavadora. El gato huele rastros de ratón. Entran por el desagüe, pero me… Leer más
Sólo instantes.
Alguien da de comer al gato. Se aposta en la ventana de la cocina en cuanto abro. Tiene unos ocho meses y cicatrices. Alguien lo echó de su casa, alguien tuvo el coraje mezquino de hacerlo. No se aleja nunca veinte metros de aquí; claro, los gatos viejos le han dejado esas heridas y han grabado el miedo. Maúlla lastimeramente, se frota contra la ventana y me mira con ojos felinos, como charcos de mar, preciosos.
Llevo la ropa sucia a la lavadora del patio. Me sigue escaleras abajo, enroscándose en mis piernas, casi haciendo que me caiga. El jardín del patio luce lleno de hojas que cubren la zona de hierba. La hortensia pequeña tiene las hojas de un increíble color dorado. Todo está empapado de niebla, ya con resplandores del Sol nuevo, que se cuela entre los jirones de nube. Entro en la caseta, con el gato delante. Pongo la lavadora. El gato huele rastros de ratón. Entran por el desagüe, pero me parece una crueldad poner trampas o veneno.
Abro la taquilla de la pesca. Las cañas y carretes esperan, sin conciencia, que llegue la temporada. La caña de mosca del chaval está reparada. Es vieja y efectiva. Querida como un zapato que calza bien y que no tiras. En unos años, pocos, ya no pescará y la colgaré de una pared para mirarla con añoranza.
El gato ha salido. Está sentado con las orejas tiesas, los ojos fijos en la cancilla.
De repente una cabeza felina asoma por debajo y después el resto se desliza en el patio. Una gata joven.
Joder, lo que me faltaba…
Sera sucio sin comas con faltas de ortografía y vomitado desde las lágrimas hasta los dedos y dará igual
Porque no importará no cambiará ni un ápice mi realidad absurda y llena de miedos y odio si odio desmedido cada vez que veo una muerte injusta un dolor injusto un llanto injusto y hay muchos creedme a cada paso y a cada esquina hay uno que me retumba y me retuerce me vibra desde las entrañas nublando lo que deberían ser sonrisas
Envidia me dais hijos de puta que campáis por el mundo con vuestro muro de desprecio insensible que erigisteis de manera voluntaria os lo rompería a versos y a mazazos y a llantos de niños olvidados
Pero no puedo me encuentro parado aislado caído vencido roto esperando a volverme como vosotros malnacidos
Ausente de cariño.
Creer,querer,doler
He tocado unas manos temblorosas que acariciaban con miedos y las he visto descubrir tesoros,con sus dedos;
He oído como tímidas palabras salían de una boca,titubeando amor,susurrando «te quieros «;
He sentido como un alma,con sed de alma,
se dejaba vaciar de sequía para llenarse de verdad,limpia y cristalina;
He visto unos ojos reflejar destellos de luna,invadir universos,desvelar secretos y mirar…juro que los vi mirar;
Hace tiempo que dejé de creer en las palabras si no vienen acompañadas de hechos,
tampoco creo en el tacto que no sabe acariciar,
de las almas,siempre he pensado,que hay algunas muy escondidas,pero que todos la tenemos,en algún lugar,
pero los ojos,el mirar,cómo iba a imaginar que hasta ellos sabrían engañar…
Y cicatriza esa tremenda herida que deja ese eclipse lunar,
y llegan otras manos… Leer más
Creer,querer,doler
He tocado unas manos temblorosas que acariciaban con miedos y las he visto descubrir tesoros,con sus dedos;
He oído como tímidas palabras salían de una boca,titubeando amor,susurrando «te quieros «;
He sentido como un alma,con sed de alma,
se dejaba vaciar de sequía para llenarse de verdad,limpia y cristalina;
He visto unos ojos reflejar destellos de luna,invadir universos,desvelar secretos y mirar…juro que los vi mirar;
Hace tiempo que dejé de creer en las palabras si no vienen acompañadas de hechos,
tampoco creo en el tacto que no sabe acariciar,
de las almas,siempre he pensado,que hay algunas muy escondidas,pero que todos la tenemos,en algún lugar,
pero los ojos,el mirar,cómo iba a imaginar que hasta ellos sabrían engañar…
Y cicatriza esa tremenda herida que deja ese eclipse lunar,
y llegan otras manos temblorosas,
y escuchas la palabra amor,de otra boca,
y otra alma perdida y borrosa
y unos ojos…con ansias de descubrirte universos,desvelarte sus
secretos y mostrar todas sus lunas…
Y que miedo…
con lo bonito que era antes mirar…y ver…y creer…
A día de hoy,esta estrella,está apagada hasta que la palabra «querer»deje
de recordar la palabra «doler»,
porque sin creer no se puede encender
«No me parece normal»
Acabo de ver la opinión de una ciudadana sobre la fiesta del orgullo, si, esa de la sexta que circula por internet y me deja asombrada
Entre las frases me llama la atención «Carmena en Navidad no quiso poner el belén porque decía que no todos los madrileños eran católicos y ahora pone la bandera gay y se supone que está diciendo que todos los madrileños son maricones…»
Comparar una orientación sexual con una creencia religiosa me resulta como poco curioso, pero si quiere comparamos…, a usted no le parece normal que los gay una vez al año se manifiesten, y compartan un día de fiesta con el mundo para normalizar , si, normalizar (palabra que no me gusta) algo que si debería ser tratado como normal, pero seguro que ve bien cuando los católicos toman las calles cada año durante una semana para lucir sus creencias, sumando cada… Leer más
«No me parece normal»
Acabo de ver la opinión de una ciudadana sobre la fiesta del orgullo, si, esa de la sexta que circula por internet y me deja asombrada
Entre las frases me llama la atención «Carmena en Navidad no quiso poner el belén porque decía que no todos los madrileños eran católicos y ahora pone la bandera gay y se supone que está diciendo que todos los madrileños son maricones…»
Comparar una orientación sexual con una creencia religiosa me resulta como poco curioso, pero si quiere comparamos…, a usted no le parece normal que los gay una vez al año se manifiesten, y compartan un día de fiesta con el mundo para normalizar , si, normalizar (palabra que no me gusta) algo que si debería ser tratado como normal, pero seguro que ve bien cuando los católicos toman las calles cada año durante una semana para lucir sus creencias, sumando cada procesión de santo festivo en cada lugar, eso seguro que si es normal aunque haya gente que no crea.
Yo como creyente, creo que cada uno tiene derecho a celebrar sus fiestas dentro de un respeto, los creyentes manifestar su fe celebrando su pasión una semana entera sacando sus pasos en procesiones…, al igual que tiene el mismo derecho un «maricón» como usted dice a celebrar su día, es más, viendo este tipo de opiniones creo que deberían celebrarse con más fuerza.
»No me parece normal», «una cosa que ha salido unos años para acá», no, mire, esto no es una moda como ponerse el pelo azul, usar Adidas gazelle o ser runner, esto ha existido siempre y lo que se intenta es llegar al respeto y que cada persona elija libremente ser feliz con quien desee sea del sexo que sea, sin que nadie lo juzgue por ello, uno no es maricón por moda, créame!
»Antes había pero más escondido no para sentirse tan orgullosos» y digo yo, por qué uno no debe sentirse orgulloso del amor que siente por alguien?, usted no se siente orgullosa por el suyo?, donde está la diferencia?
»Los que somos normales no vamos por ahí manifestándonos», «Los demás normales no hacemos estas cosas», perdóneme que le corrija, los demás «normales» como usted dice se manifiestan cada día, de forma libre y en cualquier lugar: celebran con orgullo sus bodas, el nacimiento de sus hijos, sus bautizos, cumpleaños, hacen públicamente demostraciones de cariño sea en un parque, campo de fútbol, playa, supermercado, cola del cine, la calle, van a cenar a cualquier lugar pudiendo cogerse de la mano con sus parejas y jamás, oiga bien, jamás nadie los ha juzgado, increpado o agredido!!!
Perdone que le diga, ustedes se manifiestan cada día!!!!
Y ahora le voy a dar la razón de esta fiesta con la misma frase que ha dicho usted, es necesaria esta manifestación porque como bien dice usted «No me parece normal que a unos se les concedan cosas y a otros no»
REMORDIMIENTOS:
Mentones inclinados hacia el pecho;
como puñales regalando muerte.
Perpetuando el acto de acallar el grito de existencia.
Inflingiendo incisiones por donde se desangran ánimos y certezas.
Acallando gritos tan inconmensurables,
tan dasgarradoramente desoladores,
con un “nada”, tan falsamente calmo
que se convierte en triste verdad,
en tristes bocas de felices labios entrenados.
Como un puñal, acribillando la arena.
Entra y sale sin dejar rastro.
La arena no gime, no sangra.
Puñales de mentón, rostros de arena y seres de carnes descarnadas.
Creo que siempre me quedé
con tantas cosas por decir.
Desde tu llegada,
hasta tu partida.
Desataste una tormenta
y tumbaste las murallas
que impedían destrozar mi morada.
Acabaste con el silencio,
la seguridad y la paz de las
calles de mi alma.
Yo que no conocía de lágrimas,
a través del tiempo las vi caer
y deslizarse por todo mi cuerpo
formando un bulevard de sueños rotos.
Te acostumbraste a hacer de tus
deseos órdenes,
te volviste huracán
arremetiendo con todo sin pensar por un momento.
Me volví una trotamundos
buscando alquiler en otros pechos
desde que me convertiste en ceniza.
Juro que tengo los ojos abiertos,
las… Leer más
Creo que siempre me quedé
con tantas cosas por decir.
Desde tu llegada,
hasta tu partida.
Desataste una tormenta
y tumbaste las murallas
que impedían destrozar mi morada.
Acabaste con el silencio,
la seguridad y la paz de las
calles de mi alma.
Yo que no conocía de lágrimas,
a través del tiempo las vi caer
y deslizarse por todo mi cuerpo
formando un bulevard de sueños rotos.
Te acostumbraste a hacer de tus
deseos órdenes,
te volviste huracán
arremetiendo con todo sin pensar por un momento.
Me volví una trotamundos
buscando alquiler en otros pechos
desde que me convertiste en ceniza.
Juro que tengo los ojos abiertos,
las manos atadas
y la certeza de que no volveré a ser la misma jamás.
A TI
Que se lleve el viento todas estas ganas de ti.
Éstas que llenan los espacios de mis manos.
Que se cuelan entre los huecos de mis dedos.
Que no me dejan dormir.
Que se lleve el viento todos
estos pájaros que vuelan sobre mí.
Que no me dejan huir hacia ninguna parte,
ni quiero, que no sea al refugio de tu cuerpo.
Que se lleve las madrugadas sin ti
al otro lado de mi pecho.
Los mares sin horizontes nuestros.
Los atardeceres con el sol puesto de atrezzo.
Todos estos trozos rotos en los que me he convertido.
Que se los lleve, si ya no vas a venir.
Que se lleve el viento cada uno de mis suspiros que no van a despeinar tu pelo.
Que se lleve los silencios que… Leer más
A TI
Que se lleve el viento todas estas ganas de ti.
Éstas que llenan los espacios de mis manos.
Que se cuelan entre los huecos de mis dedos.
Que no me dejan dormir.
Que se lleve el viento todos
estos pájaros que vuelan sobre mí.
Que no me dejan huir hacia ninguna parte,
ni quiero, que no sea al refugio de tu cuerpo.
Que se lleve las madrugadas sin ti
al otro lado de mi pecho.
Los mares sin horizontes nuestros.
Los atardeceres con el sol puesto de atrezzo.
Todos estos trozos rotos en los que me he convertido.
Que se los lleve, si ya no vas a venir.
Que se lleve el viento cada uno de mis suspiros que no van a despeinar tu pelo.
Que se lleve los silencios que no vamos a llenar de gemidos.
Que se lleve los orgasmos solitarios.
Todos los demás te quieros.
Que se lleve todas las hojas en blanco
que no leerán para ti mis labios.
Que se lleve el viento
hasta la nada.
Que se lleve todo, joder.
Pero que te traiga a ti.
Eva López @EvaLopez_M
¿Habrá tiempo?
Ya habrá tiempo de decirle al amor que nos espere, que ahí vamos los dos, juntos, separados, inimaginando lo hermoso y doloroso que puede ser, al menos deberíamos intentarlo, nuevamente, por ti, por mi, por ese nosotros que compartíamos.
Ya habrá tiempo para crear una linda historia, un cuento de hadas o simplemente seremos algo que se lleve el viento, una casualidad, que tal vez recordemos a lo largo de la vida u olvidemos, no sé.
Confío ciegamente en que habrá tiempo para tocarnos el alma, escribirnos con el corazón y que nuestros cuerpos se amen con pasión..
Ya habrá tiempo para morir.
No olvides ser feliz y soñar.
@_Desletrado
Cielo, son instantes de cielo,
los que dejas que mire cuando tu mirada me lleva a volar,
donde el tiempo se envuelve en ti, donde escribe un sinfín,
entre instantes de cielo.
Puedo, ver caer de tus cielos,
melodías que gritan lo que las palabras no saben decir,
hay misterios que son así, cómo azules del viento,
ojos tristes y eternos.
Quiero, capturar el momento,
cuando toda la vida se queda esperando ante tu pestañear,
hay tristezas que son así, empapadas de luz,
horizontes perfectos.
Escribe para mí desde cada mirada,
una historia que no tenga fin, que no sepa de ayer,
con presentes sin piel.
Cielo…tus instantes de cielo.
@dtrejoz
Van cayendo
las piedras del templo,
tras temporales,
incendios
y la mano del hombre
que pronto pierde el respeto a lo pasado.
Van cayendo,
como lo hicieron Lorca o Luther King,
como intentaron hacer caer
a Rosa Parks o Malala Yousufzai.
Va cayendo la valentía
de cambiar las cosas,
van haciendo
de mujeres y hombres
inertes seres
contenedores de rabia
y batallas perdidas.
Van cayendo,
frente y mentón
a medida que erramos;
y nos yerran.
Acometidas las acciones que nos han impuesto,
cae
parte de nuestra entereza.
Caemos en la pereza,
cuando los hilos que nos mueven,
pasión y entusiasmo,
no los manejan.
Caemos… Leer más
Van cayendo
las piedras del templo,
tras temporales,
incendios
y la mano del hombre
que pronto pierde el respeto a lo pasado.
Van cayendo,
como lo hicieron Lorca o Luther King,
como intentaron hacer caer
a Rosa Parks o Malala Yousufzai.
Va cayendo la valentía
de cambiar las cosas,
van haciendo
de mujeres y hombres
inertes seres
contenedores de rabia
y batallas perdidas.
Van cayendo,
frente y mentón
a medida que erramos;
y nos yerran.
Acometidas las acciones que nos han impuesto,
cae
parte de nuestra entereza.
Caemos en la pereza,
cuando los hilos que nos mueven,
pasión y entusiasmo,
no los manejan.
Caemos en la tristeza
cuando las caídas se hacen duras
pero más lo es
la empresa de levantarse.
Van cayendo las promesas.
Caen las ilusiones,
como los vasos,
vertiendo su contenido.
Nos acostumbramos a ello,
pero la mancha
cada vez es distinta,
cada vez es distinto
su alcance
y recorrido.
Caen las hojas de los árboles,
cómo no.
Como cae la juventud.
Cuando los “debo de”
pesan más que los “quiero”
y sólo
cuando pisamos la hojarasca seca
de aquellos deseos y quereres
nos damos cuenta.
Van cayendo
las ansias de ser,
como una pluma,
de forma lenta,
muy lenta;
sin percibir siquiera
cuando alcanza el suelo;
como el anciano
que va viendo como perecen
amores y amistades
hasta el día que comprende
que nada queda.
Van cayendo los mitos
y callando los necios,
a medida que vamos creciendo;
cuando son
nuestras propias manos
las que se desprenden del velo,
cuando costra crece sobre costra,
a medida
que vamos cayendo.
Caen los párpados
cuando se levanta el sueño,
cuando descansa el cuerpo;
cuando los muros internos caen en picado,
como el halcón,
convirtiéndonos en presas
de la ilusión
o del remordimiento.
Van cayendo con presteza
las ropas
que usamos de atrezo,
cuando los labios
se encuentran con destreza
y dos o más cuerpos se entienden,
ejercitando el arte más noble,
que es el sexo.
Van cayendo,
uno a uno, en el juego.
Empezó por diversión
y ahora es su pasión
habiendo perdido el resto.
Adicción hecha profesión,
abandono y olvido
son su sueldo.
Cae la suerte
como la lluvia
del cielo.
Sin patrón y sin criterio,
a merced de un viento neutro
cuyo origen
desconocemos.
Cae la pena
cuando hay risas de por medio,
cae la lágrima
cuando nos adentramos en el laberinto
del dolor,
de la impotencia
o del anhelo.
Cae,
el agua caliente de esa ducha
que nos limpia por fuera
pero mucho más
por dentro.
Van cayendo los días,
como la azada del jornalero.
Haciendo surcos
donde labrar comienzos,
callos y heridas
en manos y dedos,
sudor en frente
que va cayendo,
como caen los granos de arena en el reloj,
marcando el tiempo.
Gota tras gota,
día tras día,
simiente tras simiente.
Todo con la misma esperanza
e incertidumbre
de que crezca sano lo hecho.
Caen
los frutos del árbol
cuando no se recogen a tiempo,
tal vez esa
sea la razón por la que dicen
que los errores
son el abono
de futuro éxito.
Van cayendo las palabras
sobre el cuaderno,
como caen los terrones
sobre el féretro,
con golpes secos;
una tras otra,
hasta tapar
el temor muerto.
El punto final es la lápida
y ya tenemos el hito del texto,
lugar donde poder ir a orar
en los momentos
donde sólo nos queda
el rezo.
«Si todo es posible entonces es posible que todo sea imposible»
Y esa lágrima ácida y salada
Que cuando se derrama quema,
Que simboliza la verdadera amargura
Pero libera aquella alma prisionera
Aquella alma rota que derrama esas partes infinitesimales de su ser por ti, porque Tú eres su jodida obsesión.
Y ese llanto desconsolado que la consume, que la reduce a meras cenizas, que la hacer ser algo que no era.
Y esas cenizas que quieren ser plomo, para no ser barridas por el viento.
Y esas cenizas de las que se componen los sueños, porque Imbécil, Tú eres su estúpida fantasía.
Y esas miradas que la ahogan, que la hunden y la tiran por la borda.
Y esas sonrisas que la cortan la respiración y la apuñalan.
Y todo eso que Tú hacías, tu comportamiento tan errático, tan abatida la… Leer más
«Si todo es posible entonces es posible que todo sea imposible»
Y esa lágrima ácida y salada
Que cuando se derrama quema,
Que simboliza la verdadera amargura
Pero libera aquella alma prisionera
Aquella alma rota que derrama esas partes infinitesimales de su ser por ti, porque Tú eres su jodida obsesión.
Y ese llanto desconsolado que la consume, que la reduce a meras cenizas, que la hacer ser algo que no era.
Y esas cenizas que quieren ser plomo, para no ser barridas por el viento.
Y esas cenizas de las que se componen los sueños, porque Imbécil, Tú eres su estúpida fantasía.
Y esas miradas que la ahogan, que la hunden y la tiran por la borda.
Y esas sonrisas que la cortan la respiración y la apuñalan.
Y todo eso que Tú hacías, tu comportamiento tan errático, tan abatida la dejabas que parecía la protagonista de tu cruel comedia.
Comedias bárbaras, trágicos neoclásicos, romances inquietantes, leyendas urbanas. Con derramamiento de sangre, con sombras que aterran, con corazones rotos, con besos anhelantes de otros besos, con caricias que exigían más caricias.
Y esa soledad la perseguía, la lanzaba al vórtice de lo prohibido, la empujaba sin paracaídas.
Y no pudo recuperar el equilibrio y se cayó, y tan fuerte fue el golpe que ella misma se asustó.
Y asustada huía de su propia sombra, de ese acompañante silencioso que reflejaba sus temores, sus miedos.
Ella lloraba y rezaba, a los astros, a los Dioses, para que de amor no muriese, para que inventasen la cura para olvidarte.
Pero parece ser que el destino no quería, quería seguir jugando con ella, castigandola por sus pecados.
Y lo consiguió, ella se empezó a temer a sí misma, empezó a tenerse miedo, a no gustarse, a no respetarse.
Pobre ser inseguro de sí mismo que camina solitario por la vida, sin levantar la vista del suelo y tropezándose con su propia agonía.
Pobre niña que se ha encarcelado, pobre mujer que se encariñó de quien no debía.
Pasaban los días y ella vivía su triste vida, perdida en tu mirada, perdida en un recuerdo que no existía .
Pero ella no está hecha de arena, ella no quiere ser prisionera de un ojalá que el viento se llevará.
Pero ella aún piensa en las jodidas probabilidades de encontrarte en todas partes,
de besarte hasta que no os quede aire en los pulmones,
de tocarte hasta que tu piel la abrase,
de morderte hasta que tu sabor la descontrole,
de arañarte hasta que no quede ni un solo milímetro entre vosotros,
de desarmar la cama y arrugar las sábanas,
de susurrarte al oído todas sus fantasías.
Quiere sentir tu boca sobre la suya
Quiere sentir tu cuerpo sobre el suyo
Quiere oirte jadear en su oreja
Quiere que la ates a la cama y no la dejes escapar
Quiere que os desahogueis juntos
Solamente te quiere aquí y ahora
Quiere que se la erice la piel al sentir tu dedo sobre su vientre
Quiere gritar cuando sienta tus dientes en su cuello y tus besos húmedos dejándola huellas por las piernas
Quiere sentir tus manos sobre las suyas
Solamente te quiere aquí y ahora.
Quiere arrancarte la camisa y tirarte en la cama
Quiere encenderse contigo y llevar el control
Quiere llevarte al paraíso disfrazado de agitaciones y jadeos
Solamente te quiere aquí y ahora.
Quiere jugar contigo sabiendo que los dos vais a ganar
Quiere besarte y no soltarte
Quiere cabalgar contigo la noche con esos ojos deslumbrandola.
Quiere que os empapeis juntos con vuestro sudor y más unidos que nunca
Simplemente te quiere contigo.
»Quería recorrer cada centímetro de tu piel, sentirlo y conocerlo como si fuera alguno de aquellos mapas que tan bien recordaba, poco a poco , memorizando gestos, sensaciones, los dos juntos ¿quién necesitaba una eternidad cuando el infinito se encerraba en un segundo? Un instante agitado, acabarían exahustos por tal tarea, descansando, por encender un fuego más caliente que el propio infierno.»
No hace falta que te mire para notar tu mirada, pene
{«post_id»:23309,»post_type»:»post»,»shortcode»:»peepso_postnotify»,»permalink»:»https://dekrakensysirenas.com/suspender-nuestra-historia-carolineberl/»}


Comparte esto vía Link:
Delete Profile
Are you sure you want to delete your Profile?
This will remove all of your posts, saved information and delete your account.
The delete cannot be undone.

Previsualización del avatar
¡Estás genial!

- Subir foto