Toda su vida había obedecido. De niña sus padres le decían que hiciese lo que se esperaba de ella. Fue buena y obediente. Nunca rechistó, tampoco se le ocurrió llevar la contraria y jamás se planteó que hubiese otra forma de actuar, de vivir o de enfrentar la vida. Durante toda su existencia había oído decir a su padre que los niños estaban para obedecer y hacer los recados. Y ella, que era la única chica de cuatro hermanos, …